domingo, 31 de enero de 2010

Cuestión de sumar...




En este particular acercamiento desde la palabra, a esa "no palabra" que supone el Vedanta, vamos siendo consciente de las limitaciones que existen en cuando se intenta describir algo a través de un instrumento particular, de una mente particular, que no puede , por lo tanto, abarcar en toda su totalidad cada hecho.

Esto me recuerda a menudo la moraleja de aquel cuento, en el que se relata la historia de una reunión de monjes ciegos, a los que se le puso delante un elefante para que intentaran dar su opinión de como era. Cada uno, según la parte del cuerpo que le había tocado, daba su interpretación: ¡Oh, el elefante es un tubo enorme de largo!, y otro ¡que no, que no, que es una superficie plana enorme,, ¡que no ,que no, que es como una oreja enorme!.... y así sucesivamente. Todos tenian razón a su manera, pero era una visión parcial, que sólo pudiendo abrir los ojos, o sumando lo percibido entre todos, se podría aproximar a la verdad.


Esto está sucediendo siempre que intentamos describir todo aquello que sobrepasa el entendimiento de la mente humana. Permitir que la mente se disuelva en una conciencia más amplia, da esa visión que ya ha entendido que cualquier interpretación hecha desde un instrumento limitado, no puede abarcar lo que por naturaleza lo supera en amplitud.

Este entendimiento resulta de gran utilidad, porque a partir de ahí, de lo que somos, de lo que dejamos traslucir nuestra esencia, actuamos.

Yo soy, y porque SOY, todo aparece.

Ese yo soy, que a partir de este momento, ya es nuestra casa, trae consigo la aparición de todo este universo que al igual que la luz, sólo se puede percibir reflejado en las formas y en los colores. Y al igual que los colores sólo aparecen si la luz está presente, así el universo sólo aparece a la luz de esta conciencia.

Las formas pueden ser muchas, pero todas, tiene el mísmo origen. Puede haber tantas diferencias entre los hombres como seres humanos existan, pero no puede haber separación entre ellos, porque todos tenemos el mismo origen.


Como con la aparición de esta Conciencia impersonal, vienen también las cualidades de Ser y de Amar en toda su pureza, reflejándose a través de la mente que actúa como un espejo; todo se convierte en una labor de limpieza para mantener lo más limpio posible el espejo y de esa manera, ser vehículos puros de lo Real, en este mundo irreal o transitorio. Todo como parte de ese proceso de amor del Sí Mísmo, por el Sí Mísmo.

Y todos aprenderemos en todas esas formas que adopta el Amor, al ir sacando hacia la claridad lo que estaba inicialmente escondido, lo que era falso como falso, lo transitorio como transitorio, para ir discerniendo y descartando todo aquello que suele empañar el espejo. Pueden producirse tantas maneras de expresión, como seres humanos involucrados en esta labor existan, porque así es la riqueza de expresión de lo verdadero.



Cuestión de sumar
....

En la medida que el espejo de la mente se va limpiando y purificando, la conciencia va ganando amplitud y haciéndose cada vez más sutil y universal, y por lo tanto, ya no es cuestión de decir que yo no soy mi cuerpo, sino que el mundo entero va siendo mi cuerpo, porque ese amor que soy está llevando a cabo su labor de unir e integrar toda esa diversidad en un sólo bloque de unidad.


Constatar eso, no dejar que se nos escape esa convicción, estar permanentemente alerta a través de esa atención que somos (no que tenemos), permite esa vida integrada en todos los niveles porque ya no se divide lo que por propia naturaleza es uno, y entonces la acción, sucede siempre en armonía con la comprensión.

De nada nos sirve ya un entendimiento que no implique "una vivencia activa". Como en este relato que he leído alguna vez a Krishnamurti, cuando cuenta que en uno de sus viajes en coche con unos amigos por la India, y mientras mantenian una animada charla sobre la importancia de la atención, el conductor, en medio de un intenso tráfico, atropeyó a una vaca. Él bajo con el conductor para ayudarlo a apartarla y cuando volvió a subir, sus amigos seguían tan enfrascados discutiendo sobre la atención, que ni se habían percatado del accidente.
Esa acción que ya se pone en marcha y que no es fruto del pensamiento, si no de la necesidad de cada situación, es la acción correcta y siempre responderá según lo más adecuado al momento y teniendo en cuenta todos los aspectos que la vida como totalidad demanda, aunque desde la pequeña mente individual no pueda ser comprendida. No hay por lo tanto hacedor, porque no existe un individuo como tal.
Con todas estas trasformaciones que va originándo este "despertar" a una conciencia más amplia, la sociedad tiene que verse beneficiada y trabajar para construir lazos de unión. Será necesario por tanto, derrumbar esos muros de separación que existe entre los seres humanos en función de sus ideas, raza, cultura, sexo...aunque persistan las diferencias, para alegría y deleite de todos, pero vistas ya como lo que son, diversas formas de expresión de la unidad. El Amor, es siempre, una cuestión de sumar....