viernes, 24 de mayo de 2013

Equilibrio y Pureza


Dice Nisargadatta que “Antes de establecerse en el Sí Mísmo, Satwa, la guna de la estabilidad y de la armonía debe de ser conquistada”.

Algunas escuelas de Yoga tradicionales recomiendan una purificación previa del cuerpo y de la mente, para que el acercamiento a la Verdad se vaya produciendo de una manera gradual pero efectiva. Y esto no significa que tengamos que convertirnos en esto o lo otro,que sería añadir mas condicionamientos a los que ya hay, si no que muy al contrario, va a suponer un buen lavado que se llevará por delante cantidad de hábitos nocivos y de resistencias que no hacían más que oscurecer y distorsionar nuestra lucidez esencial. Este recorrido, que nos  lleva al encuentro de estados más profundos de Conciencia, se puede apoyar en algunas sencillas pautas que nos invitan a ser responsables y a una puesta a punto de todos nuestros instrumentos:

- Ejercicio adecuado que conecte el cuerpo y la mente y nos ayude a detectar los nudos y tensiones que habitualmente pasan desapercibidos por vivir a ritmos inadecuados, o hacerlo sólo mentalmente, para que al aflojarlos, permitir que se redistribuyan las energías y se armonice todo nuestro espacio interior.

- Alimentación sana y equilibrada, carente de excitantes, que evite sobrecargas energéticas que sólo sirven para alterar el organismo,  provocar un sobre-tono emocional, o que vuelven nuestros cuerpos opacos , perezosos y pesados

- Respiración consciente que nos dirá que lejos de la imaginación, ya somos uno con la vida, porque el soplo vital es el hilo conductor que mantiene unido a todo el universo .

- Relajación adecuada, que no es un “no-hacer”, si no un “hacer consciente”, un estado de “entrega” , de soltar las defensas....”una alineación con la vida”, la puerta de entrada a ese estado carente de deseos y temores, preludio del reencuentro con lo más puro de nosotros Mismos.

- Y la Meditación, el Silencio interior o  la Quietud... (que no importan los nombres) , que al desvanecer las fluctuaciones mentales, hace posible descubrir que más allá de la mente (en silencio o no) , permanece inalterable el núcleo de nuestro SER, como fuente de Existencia, Conocimiento y Bienaventuranza absolutos 

Esta toma de conciencia que parte de los aspectos más vitales y periféricos, irá destapando todas nuestras resistencias a soltar, al regular el flujo de la energía universal que desde la oscuridad, distorsión o pereza de tamas, que ocasiona que el ser humano se sienta alienado de Sí Mísmo, pasando por la agitación y  los excesos de rajas, que no dejan a la mente parar para descubrir su limitaciones y funciones, ir desembocando suavemente en la armonía y pureza de satwa, que será el foco de Luz que pondrá orden y claridad, alertándonos de los hábitos incorrectos en el pensar y el sentir que nos hacen vivir de espaldas a nuestra propia naturaleza, y que nos dará  fortaleza para hacer que nuestro cuerpo-mente se transforme en algo ágil y sensible, fiel reflejo de nuestro SER. 

La respiración amplia y consciente nos permitirá salir de la esclavitud que supone una mente en constante elección y parloteo con un cuerpo emocional desasosegado, condición previa para que el estado meditativo se establezca y se trasluzcan nuestras cualidades de SER, AMAR y CONOCER impersonalmente.

A veces sucede que si nuestra búsqueda espiritual se realiza a través de la discriminación de la mente, sin tener en cuenta y responsabilizárnos también de las demás funciones del cuerpo, para integrarlo como un todo, se interponen inquietudes o desasosiegos de todo tipo, al encontramos con los desequilibrios de energía que producen los hábitos incorrectos de una alimentación o estilo de vida inadecuados. Aunque de cualquier manera que emprendamos el camino, al final, todos los vehículos han de armonizarse al amparo de nuestro SER, ya que ante la clara objetivación de nuestro estado interior, siempre saltarán las alarmas al detectar cualquier estado egótico, neurótico o de sobre-excitación. De vuelta a la casa del Yo mas profundo, el Amor que allí habita no permite que quede nada ni nadie fuera de su cuidado.  

Hasta ahora su vida fue oscura (tamas) e inquieta (rayas). La atención, el estado de alerta, la conciencia, la claridad, la viveza, la vitalidad, todas son manifestaciones de integridad, de unidad con su verdadera naturaleza (sattva). La naturaleza de sattva es reconciliar y neutralizar a tamas y rajas, y reconstruir la personalidad de acuerdo con la verdadera naturaleza del ser. Sattva es el sirviente fiel del ser, siempre atento y obediente. (Nisargadatta)